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Cómo discutir de forma saludable con tu pareja

pareja discutiendo
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Descubre estos errores que pasan desapercibidos para poder reconocerlos y mejorar profundamente tu relación.

Las discusiones forman parte de la vida relacional de una  pareja. Por mucho que nos amemos en profundidad, al final del día seguimos siendo personas diferentes. Con intereses, necesidades y experiencias diferentes. Es normal que un choque de perspectiva o que un día malo nos haga afrontar escenas de tensión. ¡No hay que atormentarse por ello, es normal y no significa que os queráis menos! Pero saber reconocer los diferentes errores es esencial para gestionar correctamente las discusiones y salir satisfechos de ellas.

Pensar que el problema es siempre de la otra persona: Es el camino sencillo, culpar a quien tenemos en frente. Pero es importante recordar que no venimos a señalar con el dedo, si no a generar un espacio donde compartimos nuestras emociones y a reconocer nuestra parte de responsabilidad.

Utilizar la comparación para minimizar el problema: Usar frases como método de defensa como «eso no es tan malo» o, «yo he  pasado por algo peor», ridiculiza el problema y no mostramos un espacio seguro de comprensión hacia el otro. Los sentimientos de nuestra pareja son válidos y aunque desde fuera el problema no parezca muy grande, puede ser muy importante para el otro.

Mostrarnos distantes: Este es uno de los errores más comunes y desapercibidos que cometemos y que, corregirlo, puede mejorar drásticamente la situación. Es común ponernos a la defensiva (no mirarnos a los ojos, cruzarnos de brazos, no darnos la mano…). Es como si se nos olvidara que hablamos con nuestra pareja, no con nuestro enemigo. Reconocer este error, hacer una pausa y decir: vamos a darnos un espacio para recordarnos que nos queremos puede mejorar profundamente el camino de la discusión.

Es como si se nos olvidara que hablamos con nuestra pareja, no con nuestro enemigo.

¡No olvidemos que la comunicación no es solo hablar! También implica escuchar, hacer preguntas y prestar atención a los gestos y expresiones de nuestra pareja.

Respira hondo, suelta el aire y controla el ego: una comunicación completa evita cualquier pequeño malentendido.

Pareja sentada
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Al final todo es una cuestión de trabajar la empatía y a capacidad de ponernos en el lugar del otro.

Recordarnos y que el objetivo no consiste en tener la razón o la última palabra, si no en generar un lugar seguro en el que poder resolver todo desde el amor.